Ampliando la discusión sobre el abuso sexual hacia niños
El abusos sexual es cualquier actividad sexual sin consentimiento. Al ser entre un adulto y un niño o niña conlleva además un abuso de poder. Más allá de juicios y cárceles, qué podemos reflexionar y acciones sobre estos temas para correr la cortina del silencio y fortalecernos de manera de que no sigan ocurriendo
Milena Rojas, psicóloga especialista en delitos sexuales con más 10 años trabajando en pericias psicológicas a víctimas en la PDI comenta que “cabe tener presente que los abusos sexuales a niños y niñas en su mayoría se producen entre personas conocidas de confianza y muchos de ellos no son denunciados por la dificultad probatoria y la revictimización o victimización secundaria a la que son sometidas las personas afectadas. El difícil proceso que deben llevar los sobrevivientes del abuso, no sólo por la vivencia traumática en sí misma, sino a todo lo que deben enfrentar cuando rompen el silencio, si es que logran hacerlo. Los prejuicios, el descrédito, el paso por la justicia, muchas veces causa igual o peor daño. Aún hoy día se sigue poniendo el acento en las víctimas, se habla del “peso de la prueba”, que recae en ésta. Es la víctima quien debe “probar” y “convencer” de que lo que le sucedió fue real, y no producto de la invención o fantasía. Muchas políticas de prevención ponen el acento en el autocuidado de los niños, poniendo en éstos la tremenda e injusta responsabilidad de que ellos mismos tengan que evitar que los dañen” plantea la especialista
Del mismo modo la profesional de la Unidad de Prevención y Apoyo contra la violencia sexual del DUOC reflexiona planteando que “tal vez el hecho de que aun no queramos ver o conversar sobre estos asuntos es una suerte de negación en la que queremos creer que son casos aislados, que sólo ocurre por parte de seres enfermos y psicopáticos en medio de la noche en espacios públicos. Lamentablemente la vulnerabilidad de les niñes siempre está latente y el abuso sexual es la máxima expresión de ello. Somos nosotros, la sociedad toda, los responsables que eso no pase”.
Belén Parra, Educadora Diferencial, Integrante de la organización feminista Kelluzomowen de Lican Ray, plantea que “ante una instancia de recepción de denuncia se sugiere principalmente creer el relato, muchas denuncian no se realizan producto del cuestionamiento de la sociedad y del sistema judicial patriarcal con el que contamos. Los medios de comunicación demuestran la exposición que han experimentado las mujeres y la niñez, por esto es primordial dejar de sobre victimizarles, el agresor es el que debe ser juzgado, evitando además responsabilizar a el/la niñe, enfatizando en que la culpa nunca es de la víctima. Las redes de apoyo es otro factor relevante durante el proceso de denuncia, buscar ayuda profesional para la contención emocional de las(os) afectadas(os) y asesoría legal, dentro de lo posible, particular.
La feminista que vive a orillas del Lago Calafquen plantea la reflexión que “para construir el futuro que queremos, se promueve y fomenta empoderar a la niñez, abordar la educación sexual de forma integral, potenciar habilidades pa-marentales y realizar acciones de prevención de violencias hacia la infancia, entre otras”.
Nota al pie/ Texto extraído de https://www.harta.uy/
La revictimización es un sufrimiento extra que viven las víctimas por parte de las instituciones y los profesionales que se encargan de atenderlas (por ejemplo, psicólogos, peritos, jueces, etc.).vEs decir: una persona ya fue víctima de una violencia en un pasado y, al momento de hacer una denuncia, vivir un proceso legal al respecto o ser atendida por las secuelas, sufre nuevos tipos de violencia relacionados. Se le hace revivir el momento doloroso, las emociones pasadas, no se le ofrece ayuda adecuada a su situación.
A diferencia del hecho violento de origen, quien ejerce esta nueva violencia no tiene que ser necesariamente una persona puntual. Quien revictimiza puede ser un grupo o una determinada estructura. El ejemplo más común es el sistema judicial de un país, que muchas veces durante el proceso que lleva adelante contra quien cometió la violencia, termina violentando también a la víctima, haciéndola declarar, revivir el momento, presionándola a aportar pruebas.
La revictimización es un sufrimiento extra que viven las víctimas por parte de las instituciones y los profesionales que se encargan de atenderlas (por ejemplo, psicólogos, peritos, jueces, etc.).
Es decir: una persona ya fue víctima de una violencia en un pasado y, al momento de hacer una denuncia, vivir un proceso legal al respecto o ser atendida por las secuelas, sufre nuevos tipos de violencia relacionados. Se le hace revivir el momento doloroso, las emociones pasadas, no se le ofrece ayuda adecuada a su situación.
A diferencia del hecho violento de origen, que puede haber sido provocado por un familiar, una pareja, un allegado o un desconocido, quien ejerce esta nueva violencia no tiene que ser necesariamente una persona puntual. Quien revictimiza puede ser un grupo o una determinada estructura.
El ejemplo más común es el sistema judicial de un país, que muchas veces durante el proceso que lleva adelante contra quien cometió la violencia, termina violentando también a la víctima, haciéndola declarar, revivir el momento, presionándola a aportar pruebas.