Declaración pública Territorio Kona Rupü Futa Mapu

14 de diciembre 2019

Las comunidades del lof declararan e informan a la opinión publica lo siguiente:

Kultrunkura, kuchutuwe, tralko, y Pichi Korrel, son los nombres originarios de los lugares que hoy en día se conocen como “La Misión San Miguel” en Coñaripe, una franja entre la carretera a Panguipulli y la ribera sureste del lago Calafquen, que comprenden un espacio de 100 hectáreas que es parte integrante del Título de Merced N° 2429 otorgado a Carlos Antimilla de 1913.

En 1908, mientras se realizaba por el estado de chile el llamado proceso de radicación de indígenas, el vicariato apostólico obtuvo un decreto que le concedió permiso para ocupar hasta cien hectáreas en el lugar de Coñaripe, con el objetivo de evangelizar y educar a las comunidades, argumentando: “fomentar la civilización de los indijenas… llevando al seno mismo de los aborígenes los beneficios de la cultura”.

Durante el último siglo los descendientes del Lof Kona Rüpü, hemos realizado diversas gestiones ante el Vicariato y sus representantes para que este predio sea restituido a la comunidad, teniendo nula respuesta por parte de la iglesia católica. A la fecha se han sostenido reuniones con el vicariato, para evitar en reiteradas ocasiones el cierre de la escuela, planteándose la restitución de este espacio e incluso apelando a la máxima autoridad de la iglesia católica, el cual a la fecha no se ha pronunciado frente a la solicitud de la comunidad que hoy exigimos la devolución de las 100 hectareas, por las siguientes razones:

Las 100 hectáreas que ocupaban los capuchinos, hoy Vicariato Apostólico de la Araucanía, quedaron dentro del título de merced de Carlos Antimilla, y no están señaladas como terrenos fiscales ni especifica deslindes, como es posible ratificar en el plano de la subdivisión, que se levantó en la época.
En 1982 bajo la dictadura militar, se dividió el título de merced en 400 hijuelas individuales, dejando fuera, nuevamente, y sin adjudicar las 100 hectáreas que ocupaba el vicariato. Por tanto el título de merced en estas 100 hectáreas no fue liquidado ni adjudicado a nadie, por lo que se encuentra jurídicamente vigente a nombre de los legítimos herederos y continuadores del título de merced de Carlos Antimilla.

El vicariato, sabiendo que no es dueño, pues solo tiene un permiso para ocupar, a partir del 2015 intentó regularizar por bienes nacionales, y así obtener un título de propiedad a su nombre. Dicha gestión ha fracasado porque el Ministerio de Bienes Nacionales de Valdivia ha señalado oficial, formalmente, y por escrito, que las 100 hectáreas no son fiscales.

Hoy el Lof Kona Rüpü y sus autoridades ancestrales estamos ejerciendo ante el Juzgado Civil de Panguipulli una Acción Reivindicatoria, para lograr la restitución de las 100 hectáreas que ocupo la iglesia católica por más de un siglo. Esta acción tiene una base histórica que todo el lof aún recuerda:

La manera engañosa en que se solicitan las tierras al estado aun conociendo el rechazo manifestado por el lof en la época (1905-1908) y su posterior instalación en la comunidad bajo un objetivo evangelizador que significo una invasión cultural, religiosa y económica que desvalorizo, despreció la identidad mapunche.

El compromiso de educación asumido por la iglesia para obtener el permiso de uso no se ha cumplido, no ha dado respuesta a las necesidades educativas de las comunidades en el pasado y mucho menos en la actualidad. Hoy en día la iglesia no cumple con las necesidades de educación, ya que ha externalizado la administración de la escuela y el programa educativo no cuenta con pertinencia cultural, que debería contemplar un proyecto educacional hacia el 2019, para los territorios de las comunidades indígenas.

Además, la iglesia católica en estos años ha usufructuado de los bienes que ancestralmente le corresponden al lof, talando bosque para madera, arrendando espacios para camping a particulares y desarrollando actividades que se alejan de lo comprometido y por lo cual se les otorgó el permiso de uso.

Este lugar es, también uno de los espacios centrales en lo espiritual y físico para el pueblo mapunche al encontrarse aquí parte de la red de humedales del territorio de Kona Rüpü. Hoy como ayer los habitantes del lof continúan haciendo uso cultural y medicinal por lo que es necesario resguardarlo y restaurarlo.

Hemos acordado que este espacio sea de uso colectivo, para desarrollar en él una propuesta educativa, de buen vivir y de restauración de los ecosistemas, construida colectivamente, basada en el mapunche kimun (sabiduría) y el az mogen (forma de la vida), desde la valoración de la cultura y lengua propias del territorio Kona Rupu, que contribuya a proyectar este legado a las futuras generaciones.

A partir de hoy volvemos a hacer uso permanente del espacio que legítimamente nos corresponde a la espera de que este proceso judicial reconozca legalmente los derechos ancestrales de las comunidades, amparados en la ley indígena N°19.253 y en diversos convenios internacionales.

Por último hacemos un llamado a los lof y comunidades a ejercer el derecho a la libre determinación y a defender el territorio ancestral mapunche, y la sociedad en general a reconocer y respetar la preexitencia del pueblo mapuche y sus justas demandas de restitución territorial y formas de vida que contribuyen al buen vivir de todos los que habitan el territorio.

LOF KONA RÜPÜ FUTA MAPU

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